criticism

CRECE SALVAJE, LA FLOR DE LA CÓLERA DE VIEITES

por

ALFONSO DE LA TORRE

Hay algo telúrico en el quehacer de Emilio Vieites(Cartagena, 1972).   Volví a ver sus pinturas y los títulos, luego leí sus palabras conducentes hacia otra voz que había pensado omitir: “salvaje”.   Retorné entonces al verso de Bernhard: salvaje crece la flor de su cólera[1].  Y pienso que no es extraño que en ocasiones hayamos referido entrambos, con admiración, a Manolo Millares, un pintor ético que buscaba la dimensión perdida, inatrapable en lo desconocido misterioso de la arpillera.   Écfrasis este libro “La voz de tu pincel”, elucidario que tienta con la palabra desvelar los enigmas de las imágenes de Vieites, iluminar la sombra, evocando el tembloroso verso de María Teresa Cervantes. Su sombra, nuestras sombras, tanta sombra. Como decía Nabokov, nuestra breve existencia no es más que una breve rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas[2].

Fulgor y ética también, Vieites es artista ejerciente de las preguntas,hay algo de elegíaco en la denodada brega con el signo y el color de su obra, estallidos de luz de aire brut, pintura cósmica, alta hora de la metamorfosis sígnica lanzada con violencia a la inmensidad del espacio pictórico.   Como haciendo compatible lo sublime con lo intenso misterioso, en sus pinturas como instantes (la cita de Tagore que abre esta publicación), Vieites procede a la construcción de relatos a la par que, esquivando un prolijo explicar, semeja disgregar el sentido suscribiendo la dicha tornerianadel pensar[3], el artista sería así no tanto un buscador de respuestas como un ampliador del enigma:“el arte no enseña con respuestas, sino con la ampliación de las preguntas”[4].     Establece nuestro artista una propuesta pictórica misteriosa, luego invierte el sentido: ese será el nuevo sentido pues la interioridad está en juego.  Fronteras del vivir al cabo, como anunciaría el visionario místico André Pieyre de Mandiargues[5]refiriendo al “poeta insurgente” e “iluminador” creando desde su “observatorio pasional”, nuestro tiempo exige un nuevo lenguaje artístico. Un léxico distinto, otro, artistas insultando a la belleza[6], exhalando una renovada palabra capaz de “hablar a los hombres el lenguaje de todos los hombres y hablar, empero, un lenguaje por entero nuevo, infinitamente precioso y simple (…) dolores comunes a todos para hacer estallar un esplendor único”[7].  Será éste un terrible don, abrazando el arte de nuestro tiempo.

Sacral y mítico, como ahondando en un pasado inmemorial, es también su quehacer la muestra de una pintura de sueños lúcidos.   Vieites ilumina nuestra vida con sus creaciones como relámpagos.

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N O T A S   A L   T E X T O

[1]BERNHARD, Thomas. In hora mortis/Bajo el hierro de la luna.  Barcelona: DVD Poesía, 1998, p. 15.

[2]NABOKOV, Vladimir.  Habla, memoria.  Barcelona: Anagrama, 1994, p. 21.

[3]Texto de Gustavo Torner, citando “El Aleph” (1945-1949) de Borges, para la exposición en la “Institución Fernando el Católico” en Zaragoza, 1958. Gustavo Torner, “¡Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir!”, texto extraído del catálogo: “Torner”, Ediciones Rayuela, Colección Poliedro, Madrid, 1978, pp. 7-8.

[4]En: TORNER, Gustavo. Gustavo Torner entrevista a Gustavo Torner. En Gustavo Torner. Escritos y conversaciones. Valencia: Pretextos, 1996, p. 104

[5]PIEYRE DE MANDIARGUES, André (Paris, 1909-1991) escribió en “Des Visionnaires” (“XX Siecle”, Paris, XII/1961).

[6]En el conocido prólogo a su « Une saison en enfer » : “Un soir, j’ai assis la Beauté sur mes genoux. − Et je l’ai trouvée amère. − Et je l’ai injuriée”.

[7]PIEYRE DE MANDIARGUES, André. PréfaceCapitale de la douleur.  París : Gallimard-Poésie, 1966, p. 7.El término de “poeta insurgente” le pertenece también.  Ibíd. p. 5; otrosí el de “iluminador” y “observatorio pasional”. Ibíd., p. 8.

ALBERTO CHESSA

UN ÁRBOL EN OTROS. Editorial La Estética del Fracaso. 2019

A TIEMPO. Dedicado a Emilio Vieites

alberto chessa

HAY OTRAS VIDAS, PERO ESTÁN EN ESTA

…Sí, las hay. Hay otras vidas, pero están en esta. La nuestra, nuestra vida, ya nos la sabemos, aunque necesitamos descubrirla, conocerla, amarla (y sus contrarios) en la mirada y el verbo de otros. En el arte a esto se le llama diálogo. En el caso de la pintura y la poesía, Horacio, dentro de la Epístola a los Pisones, lo resumió así: «ut pictura poesis». Como la pintura, así es la poesía. Y viceversa.

La voz de tu pincel es una obra, en su conjunto, llena de vigor, tensión, misterio, fuerza. La comunicación que establecen entre sí María Teresa Cervantes y Emilio Vieites Aguiar no puede ser más fecunda, con una feracidad (¡y ferocidad!) de ida y vuelta, pues los versos enriquecen la experiencia plástica y esta la sensorialidad poética. A la postre, todo sugiere una suerte de lenguaje no estrenado (por evocar la idea que ella misma baraja por dos veces en las estancias líricas). No hay tutelaje, no hay apostolado; ninguno es escudero del otro: el caballo que galopa decidido por estas páginas tiene en su grupa sitio para los dos, y lo más asombroso es que son ambos, y no uno solo, los que llevan bien asidas sus riendas.

«El misterio de un nuevo renacer», escribe María Teresa. No cabe mejor definición de lo que es esta obra conjunta. El verso renace al compás de los colores y los volúmenes. La pintura abandona la mudez y revive musical y sonora al hallar su voz en estas glosas cervantinas.

En la pintura de Emilio siempre parece que hay algo dispuesto a ser nombrado. No nos extraña, pues, que María Teresa (y más ella) haya encontrado las palabras que, como un palimpsesto, se hallaban celadas pero al acecho tras la terrosidad y el fulgor de la obra vieitesiana. Tampoco que esta se emplee en algo muy diferente a la mera ilustración de los poemas, pues si algo tiene la poética de Cervantes es plasticidad, color, sueño de líneas en fuga y perspectivas que se tronchan en una figuración latente, en velo (y en vuelo); un realismo de fondo que se acaba por ajusticiar a sí mismo en favor de una invitación a mirar la realidad con otros ojos, con ojos que recreen, no solo miren, ojos que vean los otros prismas de la realidad. Es decir: como el corpus pictórico de Emilio.

Los cuadros («imágenes» los llama él) de Vieites contienen en sí venas, músculos, huesos de un «laberinto» (lo llama ella). Una anatomía inventada que nos desafía y sobrecoge. Los contemplamos, sus cuadros, como el perro de Goya: somos el perro apostado a las faldas de estas creaciones, en la peana del lienzo. También a veces como orantes postrados en un reclinatorio (¡si hasta coquetea con el tríptico fervoroso!), tal si estuviéramos frente al retrato de una devoción atomizada. Al mismo tiempo, estos ingenios se diría que estuvieran pintados desde arriba, lo mismo que si fueran el resultado de la vista aérea (de la visión, más bien, con todo lo que esto comporta de visionario) que un cosmonauta tiene de lo que a nosotros nos rodea.

El poema quintaesenciado de Cervantes es capaz de encontrar la cifra de sí mismo en tan solo unos versos; unos versos en los que, claro está, no sobra nada, pero —y esto es más meritorio— tampoco falta. Su poesía es como un camafeo de palabras, jactado de su pequeñez primorosa, enigmático y bello como todo lo que replica en breve el universo, eso que vuelve a estar ahí «cuando naces a ti mismo».

¿Adónde nos lleva esta obra? ¿Qué esconde? ¿Qué muestra? ¿Qué cartografía? ¿Qué nos encontraremos (nos hemos encontrado) si seguimos su pista como quien sigue un mapa? Al otro lado. Nos lleva, sea lo que fuere tal cosa —nos aguarde allá lo que nos aguarde «cuando la muerte no corteje a nadie»—, al otro lado

Alberto Chessa

EMILIO VIEITES AGUIAR. ARTISTA ÉTICO-ESTÉTICO por Daniel Genaro Pérez Tárraga.

«Aventura arriesgadísima es el arte abstracto. Se camina hacia lo lejano, lo profundo, lo desconocido, hacia el misterio. Las secretas afinidades de este arrebatado vuelo con la mística son notorias. Kandinsky, con el entusiasmo del vidente, lo expresó en varios de sus escritos. En el arte abstracto veía ante todo la presencia de lo espiritual (…). Presentía así una nueva etapa para la Humanidad (…).»

Padre Alfonso Roig: La mística en el arte español (1961)

Complicada es la tarea la de escribir sobre un artista vivo, más cuando esté está inmerso en pleno proceso evolutivo y aún más complicado cuando el artista en cuestión está en constante cambio y evolución.

Emilio Vieites es un artista incómodo. Su existencia transcurre en un continuo proceso de investigación e introspección, motivado por un estado permanente de indignación con el mundo que nos rodea y por su compromiso ético y humano.

Es un pintor fuertemente humanista desde sus mismos inicios en el arte pictórico. Tras iniciarse en los rudimentos de la técnica de manera casi autodidacta, se dio por plasmar las efigies de una serie de familiares, amigos y personajes populares en atropelladas pinceladas expresionistas y en ocasiones algo torpes. Cuando consigue un dominio del pincel y de las formas, aunque sigue cultivando la retratistica se interesa por las tragedias “silenciadas” del mundo nuestro de cada día, llámense estas guerras, hambre, muerte, violencia, malos tratos, esclavitud,.. Más que interesarse realmente se produce una necesidad, una llamada interior que le interpele a solidarizarse con los “marginados”, a ser su portavoz, a darles visibilidad a través de unas pinturas figurativas pero plenas de desgarradoras expresiones, diríase que algunas como aglutinante del pigmento contienen “dolor y tristeza”. Esta postura deriva de la admiración que siente por la obra y la vida del poeta Federico García Lorca que le lleva a comulgar con el ideario del poeta: «Yo siempre seré partidario de los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega»; «En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse hasta la cintura en el fango para ayudar a los que buscan azucenas». (1)

Es en este momento cuando se inicia la primera serie de su producción “Rojos sobre humano” (2). Esta serie tiene como catalizador un libro del fotoperiodista Gervasio Sánchez (3). Según el artista «Sólo sé que cogí un pincel y pasó el tiempo y vi un libro de fotografías sobre los niños soldados de Sierra Leona, por allí estaba Gervasio Sánchez, un premio nacional con muchas ganas de estar en la trinchera. Y así empezó la colección de arte “Rojo sobre Humano”, y los cuadros se fueron acumulando en una diminuta habitación sin demasiada luz. Todo era rojo. Y los retratos también surgieron, y algunos eran conocidos y otros no.»(4)

La obra de Emilio nació entre las cicatrices y los escombros producidos por la sinrazón y el sinsentido que azotó el mundo en el ocaso del siglo XX y en los albores del siglo XXI. En esos momentos sintiéndose profundamente afectado puso sus pinceles al servicio de los sin voz, de los olvidados, sobre todo de los niños y las mujeres, parias entre los parias, y se dedicó a esbozar sobre lienzos y tableros la tragedia de los desheredados de la tierra,

«Pienso que una obra de arte debería dejar perplejo al espectador, hacerle meditar sobre el sentido de la vida.»

Antoni Tapies

(1) Entrevista redactada por Alexis Fernández, responsable de Prensa del teatro la Abadía y publicada en el dossier de Prensa de la representación de la obra Comedia sin título de García Lorca en el Teatro de la Abadía de Madrid en noviembre de 2005. http://www.madridteatro.eu/teatr/entrevistas/entrevista086.htm (consultado el 10/11/2016)

(2) El artista originalmente agrupó su obra en torno a cuatro series “Rojo sobre Humano”, “Gris sobre Humanao” “Orígenes” y “Mutaciones”. Posteriormente en tres “Rojo sobre Humano”, “Orígenes” y “Mutaciones” – véase al respecto el catálogo de la exposición “Emilio Vieites Antología” editado con motivo de su exposición en el Museo de Bellas Artes de Murcia entre septiembre y noviembre de 2013- y actualmente en cuatro “Rojo sobre Humano”, “Orígenes”, “Mutaciones” y “Fisuras”.

Se puede apreciar que el artista deja a un lado de este corpus su producción retratística tal vez por considerarla obra de aprendizaje.

(3) Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959) fotoperiodista galardonado entre otros muchos con el Premio Nacional de Fotografía en 2009 y nombrado “enviado especial de la Unesco por la paz” en 1998. Ha cubierto como reportero gráfico la mayor parte de los conflictos armados de América Latina y la Guerra del Golfo desde 1984 hasta 1992, a partir del cual pasó a cubrir la Guerra de Bosnia y el resto de conflictos derivados de la fragmentación de la antigua Yugoslavia. También ha cubierto diferentes conflictos en África y Asia. Ha publicado más de diez libros con sus fotografías, y su obra ha figurado en diversas exposiciones –en 2012 Antología en La Tabacalera de Embajadores de Madrid, en 2015 Antología, exposición itinerante del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte,…-.

(4) catálogo de la exposición “Emilio Vieites Antología” en 2013 en el MUBAM.

«Y si su música a soñar ayuda

¿a qué buscarle letra y argumento?

Como las pobres letras muda el viento,

pero no el canto cuando el viento muda…»

Miguel de Unamuno

LA “ABSTRACCIÓN SOCIAL” DE EMILIO VIEITES 1

Acomodémonos en una cómoda butaca o en un mullido sillón, limpiemos nuestros ojos y liberemos nuestra mente de prejuicios. La aventura se aproxima. Un territorio artístico nuevo se nos enfrenta a los ojos. El arte no figurativo, es nuestro destino. Un destino arriesgado y peligroso. Todo arte que renuncia a la figuración es peligroso, el público puede quedar abrumado por él y tildarlo de inhóspito, desagradable, árido, complicado, monstruoso… o acudir a los arcano habituales, tan socorridos, de “yo no entiendo el arte contemporáneo” o “a mí no me interesa el arte contemporáneo”

El arte abstracto, o más ampliamente el arte no figurativo, siempre ha supuesto un riesgo para el artista. Tradicionalmente en España, el arte abstracto ha sido visto por el pueblo como un problema. No podemos olvidar que en el año 1953 se celebró en la Universidad Internacional de Santander un curso dedicado al arte abstracto, y en 1956 las Ediciones de Cultura Hispánica recogieron en un volumen titulado con el proverbial título de “El arte abstracto y sus problemas” las aportaciones de importantes críticos, historiadores de arte y artistas, entre los que figuraron entre otros Jorge de Oteiza, José Luis Fernández del Amo, José Camón Aznar, Juan Antonio Gaya Nuño,…. Firmas de hombres de sólidos conocimientos y reconocido interés. El arte abstracto no fue considerado un asunto trivial. El arte abstracto no es un asunto trivial de ninguna manera. En un rato continuaremos a vueltas con “El arte abstracto y sus problemas”, pero todo a su debido tiempo.

El arte abstracto, saltó a la palestra en España, fundamentalmente a través de la labor de la Escuela de Altamira, proyecto pionero para recuperar la vanguardia artística después de la Guerra Civil, fundado en Santillana del Mar en 1948 por el pintor alemán Mathias Goeritz, el escultor Ángel Ferrant, el escritor Ricardo Gullón y por el intelectual y activista Pablo Beltrán de Heredia, con el objetivo de coordinar los esfuerzos de los artistas españoles a favor del desarrollo de la modernidad en el arte, especialmente en el arte abstracto, que intentó promocionar. El grupo tomo su nombre en honor de la cueva de Altamira, que alberga importantes pinturas prehistóricas del periodo magdaleniense. En 1949 y 1950 celebró sendas ediciones de la Semana Internacional del Arte Contemporáneo. A principios de la decáda de 1950 el grupo se disolvió por problemas de financiación, así como por problemas con las autoridades franquistas, que aún no apostaban por el arte abstracto, como lo harán unos años después cuando deseen vender la imagen de país avanzadado artística y culturalmente.

Retornemos al volumen “El arte y sus problemas abstractos”, concretamente vamos a tener en cuenta el texto “Aspectos sociales del arte abstracto” escrito por Alexandre Cirici Pellicer y que va a reflexionar sobre la misión social del arte abstracto y sobre el que vamos a explicar la obra del pintor Emilio Vieites.

De acuerdo al texto del crítico catalán el arte ha de seguir cinco puntos para su lograr el máximo de efectividad por parte del productor. Seguidamente vamos a reflexionar sobre ellos en relación a las pinturas de nuestro artista.

1. Que el productor renuncie a introducir un elemento externo como es el orgullo personal del artista.

2. Que el productor busque valores reales de la materia.

3. Que se sirva de técnicas limpias, en las que el trabajo no se esconda ni mixtifique, sin intentar que algo parezca mejor de lo que en realidad es.

4. Que comprenda que lo más vivo del arte es lo más vinculado a la vida del hombre –los objetos de uso, de la ciudad a la cuchara, y que debe ser siempre un artesano-.

5. Que el productor no quiera hacer servir sus nuevas concreciones, nacidas de la abstracción, para crear con ellas un arte de imitación.

Si el productor, el artista respeta sigue estos puntos su arte «servirá para la educación del pueblo entero, de los niños, de las mujeres, de los hombres, en el proceso de comprender cómo la bondad, la belleza y la verdad, no son ideales lejanos a los que el arte hace referencia, sino que gracias a los instrumentos plásticos se convierten en presencias físicas espirituales capaces – si son humildes- de ayudarles a formar la conciencia de sí mismos y, en consecuencia ayudarles a vivir de un modo más justo, más bello y más real», recoge Cirici. Y como vamos a ver la creación del artista que nos ocupa tiene una finalidad educativa y no sólo estética, es una “abstracción social”.

Emilio Vieites, de una forma intuitiva o razonada, sigue estos mandamientos en su producción. Seguidamente vamos a viajar en torno a ellos para reconocer su seguimiento, punto por punto.

1. Que el productor renuncie a introducir un elemento externo como es el orgullo personal del artista.

La pintura de Vieites es humilde, si por algo destaca este artista es por no haber sucumbido a los intereses del mercado. Manteniéndose independiente y puro respeto a los asuntos banales y mercantiles del mundo del arte.

2. Que el productor busque valores reales de la materia.

La pintura de Vieites está plena de referencias táctiles y visuales. Es una pintura que necesita de contemplación atenta y reflexión, pero no porque los materiales traicionen la pura materia pictórica.

3. Que se sirva de técnicas limpias, en las que el trabajo no se esconda ni mixtifique, sin intentar que algo parezca mejor de lo que en realidad es.

No intenta el pintor efectismo inútiles y falsas apariencias. Sus cuadros son cuadros, su pintura es pintura. Una pintura no puede ser un parque que de atracciones, ni un juego de ilusiones.

4. Que comprenda que lo más vivo del arte es lo más vinculado a la vida del hombre –los objetos de uso, de la ciudad a la cuchara, y que debe ser siempre un artesano-.

Las pinturas de Vieites son esenciales, en el sentido de que enraízan con lo telúrico, con la mística ancestral humana, con el chamanismo, la magia, las prácticas animistas,… sus obras son esencialmente humanas, se preocupan no del hombre sino de la humanidad misma.

5. Que el productor no quiera hacer servir sus nuevas concreciones, nacidas de la abstracción, para crear con ellas un arte de imitación.

Vieites rechaza, niega, elimina, totalmente la figuración de sus cuadros. La figuración es anecdótica y personalista, no es objetiva,… no es real, tan sólo imita miméticamente la realidad.

El arte para ser universal ha de ser esencial, objetivo, místico,… ha de partir del sustrato humano ancestral. Por ello está tan presente en sus lienzos el tema mágico y chamánico porque enlazan al hombre con sus ancestros primitivos que creían en el poder místico, mágico y trascendental del arte.

Emilio Vieites nos hace emerger, tras sumergirnos, en su universo artístico, renovados, purificados, hermanados con nuestros antepasados que habitaron la Tierra en los albores de los tiempos. Nos sumerge en el inicio, en el principio, nos libera, nos convierte en seres renacidos y conscientes.

Daniel Genaro Pérez Tárraga

Murcia, septiembre de 2021

1 Nota del autor: Todos los fragmentos en cursiva de Alexandre Cirici Pellicer proceden del texto “Aspectos sociales del arte abstracto” recogido en “ El arte abstracto y sus problemas”, Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1956.

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About exhibitions (Criticism)

2015 God International Art Exhibition, Curated by Rekha sameer, LetArtWork

Gallery, Pune, India:
http://www.huffingtonpost.co.uk/lorenzo-belenguer/india-please-the-bestart_b_6268508.html

2014 Retorno al Paraíso, Curated by Emilio Vieites, Ateneo de Madrid. Sala prado 19, Madrid: Javier Cámara, Ana Cristina Herreros, Dolores Vieites López.

https://www.ateneodemadrid.com/index.php/esl/Agenda/Exposiciones/Retorno-al-Paraiso

http://www.laventanadelarte.es/exposiciones/ateneo-de-madrid/madrid/emiliovieites

2013 Antología Emilio Vieites, curated by Juan González Sánchez, Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM), Murcia:

http://www.laopiniondemurcia.es/cultura-sociedad/2013/09/26/colorescompromiso/